Crecimiento de la Iglesia

Crecimiento de la Iglesia
Aarón Catalán de León

"Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza.
"Vestíos de toda armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.
"Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra Potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes" (Efesios 6:10.12).

De esta manera el apóstol nos lleva a la realidad que en muchas ocasiones parece que olvidamos, concretándonos a una vida religiosa y ritualista, sin ver que a nuestro alrededor se está librando la más dura y cruel lucha.

Las tres áreas del trabajo eclesiástico

La palabra iglesia viene del griego eclesía que puede traducirse como "la comunidad de los redimidos". Esta comunidad de. Redimidos no sólo ha sido Alcanzada, sino que ahora tiene una gran comisión que cumplir: Id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo: (Mateo 28: 19); y para cumplir correctamente con este mandato tenemos que ganarlos a través del evangelismo, educarlos ' con el poder de su gracia y la enseñanza fiel dejas Sagradas, Escrituras, haciendo de ellos fieles Mayordomos del cuerpo del Señor. Por tanto, el trabajo que como iglesia debemos desempeñar lo dividiremos en tres áreas para, analizarlo de esta manera.

Evangelismo

Si nuestra iglesia no gana gente, en muchas ocasiones se debe a la falta de evangelismo; esperamos que la gente llegue sola al Señor. El nos envió, no dijo que esperáramos a que la gente viniera sola. Cuando vamos a evangelizar, debemos estar conscientes de que el Señor Jesucristo nos envió a predicar para que la gente le conociera y se arrepintiera de sus pecados, para llegar a amarle; nosotros no vamos a convencer a nadie.

Para que la iglesia crezca es necesaria la ganancia de almas y éstas no se ganan si no evangelizamos. Cuando esto no sucede, la iglesia se estanca en lo económico, en Doctrina y en. Espiritualidad. Si alguien se siente inútil, o lo es, la vida no tiene sentido. Sí alguien que asiste a la iglesia se siente así, se debe a la falta de frutos, por no ganar almas para Cristo. La espiritualidad de una iglesia depende de ello.

Educación cristiana

La educación cristiana es una labor muy hermosa, profunda y delicada que recae en el ministro, en los maestros de la escuela dominical, así como en todos los que ejercen el ministerio de la enseñanza. Esta educación tiene como libro de texto la Biblia. "Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra (2 Timoteo.3:l6-17).

La preparación de los creyentes es la responsabilidad de esta área para producir iglesias sanas y fuertes en conocimiento, doctrina, amor, fe, etc. El doctor H. Orton Wiley, en su libro Introducción a la Teología Cristiana, nos dice: "Las sagradas Escrituras constituyen la cantera de donde se desprenden las verdades gloriosas utilizadas en la construcción del edificio de la doctrina cristiana".

El crecimiento espiritual de los creyentes se pule con la educación escritural, dándole forma a la doctrina que cada denominación acepta; cree y defiende. Los fenómenos que se palpan en la iglesia por falta de los debidos cuidados en la educación de los miembros son muchos y sólo mencionaré los siguientes: por el escaso conocimiento que tienen de los libros al manejar sus Biblias, no conocen la doctrina que acepta su denominación y por tanto, son blancos fáciles de doctrinas herejes, además de no sentirse capaces de llevar a: otros a los pies de Cristo.

También surge el problema, de la falta de convicción; fácilmente pueden cambiar de iglesia o denominación, provocando pérdidas a las congregaciones y manteniendo una membresía flotante apóstol Pablo nos exhorta:
"Así que hermanos restad firmes, y retened la doctrina que habéis aprendido': (2 de Tesalonicenses 2: 15). Y en otras partes nos dice: "Para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error" (Efesios 4:14). Lo más terrible de esta pérdida es que algunos se pierden en falsas doctrinas apostatando aun de la fe en la que por un tiempo fueron salvos, convirtiéndose en enemigos de la cruz de Cristo y hablando contra el Señor, extraviándose y extraviando a los que los escuchan. El apóstol se dirige a Timoteo diciéndole: Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren" (1 Timoteo 3: 16).

¡Cuántas almas salvaríamos de nuestras iglesias y cuántos dejarían de extraviarse si todos tuviéramos, cuidado de la educación que nos toca impartir!
Mayordomía

En estos tiempos, sobre todo, para el mundo el dinero es de vital importancia y esto afecta a la iglesia, pues si hay necesidades materiales deben suplirse, para lo cual se necesita dinero y buena administración del mismo.
La palabra "mayordomía" viene del griego oikónomos, que significa literalmente "administrador de la casa", mayordomo, el hombre de confianza. "Así, pues, téngannos los hombres por servidores de Cristo, y administradores de los misterios de Dios. Ahora bien, se requiere de los administradores, que cada uno sea hallado fiel" (1. Corintios 4:1-2).

"Por tanto, los mayordomos, para ser fieles, deben conocer el trabajo que les toca desarrollar; ayudar a administrar correcta y limpiamente el ritual de la Santa Cena y los oficios en la iglesia; llevar un orden administrativo con las finanzas, con limpieza de libros y manos; los cuidados del templo, construcción, reparación y mantenimiento; administrando su tiempo, dándole al Señor y a su obra lo que le corresponde, pues si somos mayordomos debemos tener conciencia de que no lo somos por voluntad humana, sino por la confianza que nuestro Señor y Salvador nos ha tenido. Esto dignifica muy por encima la labor de todo mayordomo, porque el Rey de reyes y Señor de señores puso sus ojos en él sin ser merecedor de tan grande, privilegio; por eso debemos cumplir con gozo tan noble trabajo, pues somos administradores aun de los misterios de Dios.

Sin evangelismo no aumentará el número de creyentes en la iglesia; sin educación cristiana, vivirán desorientados en lo espiritual; sin mayordomía, no habrá dinero para evangelizar, para adquirir material educativo, construir templos ni darles el mantenimiento adecuado. ¿No cree usted que si fallamos en estas tres áreas puede venir sobre nosotros el juicio de Dios.

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