Herencia y Santidad
Aarón Catalán de León
Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.
Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en la tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; y la esperanza no avergüenza porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por El Espíritu Santo que nos fue dado (Romanos 5:1-5).
El apóstol Pablo, inspirado por El Espíritu Santo, en la carta a los romanos expone un mensaje que establece los fundamentos de una vida santa y una iglesia pura, sin mancha. En el siglo XVI, Martín Lutero, es también inspirado por el Espíritu de Dios y vuelve a tomar el concepto paulino de la santidad en cuanto a la justificación por la fe, iniciándose así la Reforma religiosa, que es conocida hoy como protestantismo, una vuelta a los fundamentos bíblicos de la fe y vida cristiana.
Dos siglos después, en la calle Aldersgate, de Londres, en una reunión de la iglesia morava, Juan Wesley, tocado nuevamente por el Espíritu, es reavivado en la llama del evangelio, profundizándose aun más en la doctrina emanada de la reforma luterana, hasta llegar a la Santidad doctrinal y vivencial, de lo cual surge siglos después la Iglesia del Nazareno, heredera de esa proclamación doctrinal, la cual es reforzada por el poder del Espíritu divino y las congregaciones que se unen a esa comisión, en todo aspecto de nuestra denominación.
Hoy podemos decir, con toda certeza, que la iglesia que busque una ascendencia institucional con la iglesia primitiva, ha errado el camino y no entiende el proceso histórico, ni el contexto bíblico.
La nueva Israel no es institucional, es espiritual: Existe un cordón umbilical con Cristo, Pablo y la iglesia primitiva que es la carta a los romanos y la gracia divina. De ese cordón depende la Iglesia del Nazareno y toda la iglesia evangélica. La doctrina de Santidad es más que exposicional: Rebasa ese límite y llega a la parte vivencial de la proclamación del mensaje que captó y experimentó Pablo y la iglesia primitiva, y que los distinguió en un medio cargado de inmoralidad, incertidumbre y desarrollo cultural mal entendido.
En la actualidad la santidad continúa siendo una herencia de la iglesia cristiana y una comisión doctrinal, que permanece en este mundo, y que es fácil de identificar, por más que se agudicen a su alrededor los vientos turbulentos de inmoralidad, materialismo y libertinaje.
La iglesia de hoy día debe exponer, en alta voz, más claramente el mensaje divino de santidad, mediante la predicación, la enseñanza y el ejemplo, con pureza de corazón, en un mundo que necesita que brille en su derredor la luz y la experiencia del Espíritu Santo, reflejado en vidas transformadas.
Es un reto para la iglesia y para cada creyente, predicar y practicar más consistentemente la enseñanza de la doctrina de la santidad. Necesidad, reto y comisión, de hoy y de siempre.
El Rdo. Aarón Catalán de León es pastor de la Primera Iglesia del Nazareno en Ciudad Madero, Tamaulipas, México.
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