Libertad y Cultura
Aarón Catalán de León
La libertad y cultura es un tema que para algunos es ya rebuscado, para otros, asunto de nunca acabar y por ende, de importancia secundaria. Pero al final de cuentas, es tema de actualidad, ya que de continuo vemos diferencias de opinión, política, religión, sociedad, familia y matrimonio. En las Iglesias se trata este asunto con mucho cuidado debido a los excesos en que de continuo se puede caer, por cuestiones de alabanza, doctrina, liturgia y conductas del pueblo cristiano. También es cierto que existen tendencias dogmáticas que a unos fanatiza, a otros confunde o llena de falsa humildad "cristiana"; más cuando se trata con los conceptos del bautismo del Espíritu Santo. Además se confrontan prejuicios y tipos de personalidad, por lo que las reacciones de algunos sea la de contender. Con cuidado y un sentido serio de reflexión, analizaremos esta cuestión.
Libertad
La lengua castellana define la libertad como "la facultad de la voluntad de una persona para obrar de una manera, o de obrar de otra o de no obrar". También añade una definición más: "Facultad de hacer y de decir todo cuanto no se oponga a las leyes establecidas". ¿Qué nos dice la palabra del Señor al respecto? "Pero mirad que esta libertad vuestra no venga a ser tropezadero para los débiles" (1 Corintios 8.9); y agrega: "Como libres, pero no como los que tienen la libertad como pretexto para hacer lo malo, sino como siervos de Dios" (1 Pedro 2.16) "Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu de Dios, allí hay libertad" (2 Corintios 3.17). Podemos decir entonces que por la presencia del Espíritu tenemos la libertad de actuar de acuerdo a las Sagradas Escrituras, leyes establecidas, no por voluntad humana, sino por voluntad del Señor y que con la presencia de su Espíritu, nos da la verdadera libertad como resultado. Ahora nos toca dar un segundo paso y es confrontar a la cultura, ya que muchos dicen que ella influye también en la libertad que debemos tener.
Cultura
La cultura es definida como el "desarrollo o mejoramiento de las facultades físicas, intelectuales o morales mediante la educación". Añade además: "Es el conjunto de ideas y habilidades que ha ido adquiriendo un grupo humano y transmitiendo de generación en generación".
La Biblia nos dice en el libro de Salmos 145.3-4 así: "Grande es Jehová, y digno de suprema alabanza; y su generación es inescrutable, generación a generación celebrará tus obras y anunciará tus poderosos hechos". 1 Timoteo 4.16 dice: "Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren". Deuteronomio 6.1-2, nos dice: "Mirad, yo os he enseñado estatutos y decretos, como Jehová mi Dios me mandó, para que hagáis así en medio de la tierra en la cual entráis para tomar posesión de ella. "Por tanto, guárdate, y guarda tu alma con diligencia, para que no te olvides de las cosas que tus ojos han visto, ni se aparten de tu corazón todos los días de tu vida; antes bien, las enseñarás a tus hijos, y a los hijos de tus hijos.
Tanto la base bíblica como la comprensión textual que algunos estudiosos han obtenido de ella y nos comparten, sugieren que el cristianismo es una cultura en sí mismo, que por ello no puede adaptarse a otra, por muy nacionalistas que debiéramos ser. La Biblia como base de la cultura israelí no es otra cosa que palabra de Dios, no cultura de ellos.
La Iglesia primitiva, aun cuando fue la receptora del Nuevo Testamento, no refleja en ella cultura judía o griega, porque es palabra del Señor, salida de su boca y puesta en el corazón de los santos, de manera que no es cultura del Medio Oriente o de Europa. Si en algún caso cierta persona que sea cristiana tomara como un concepto regionalista los principios o la totalidad de la Biblia, ¿podríamos decir que se ha transculturizado? El Espíritu de Dios y su Palabra tienen la respuesta, la libertad y cultura entran en su contexto.
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