El Hogar Cristiano

El Hogar Cristiano
Aarón Catalán de León

Desde los primeros signos de vida humana surge el hogar como parte de los hombres, familia y sociedad. Sus bases para existir están en los siguientes versículos: "No es bueno que el hombre esté solo" (Génesis 2: 18). "Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer" (Génesis 2:24).
Cuando el hombre pecó, salió del huerto del Edén, y muchos de ellos no buscaron a Dios, lo que hizo pasar por un mosaico de pueblos, costumbres y tradiciones que hoy nos presentan una diversidad de hogares y cánones.
A través de la historia, Dios ha estado interesado en los hogares y ha gratificado a los que son encausados por sus líderes al respeto y adoración al Señor, haciéndolo el centro, del cual se genera la armonía, fe, amor, paz, etc., hacia todos los demás. Tal es el caso de Abraham de quien Dios dice: Porque yo sé que mandará a sus hijos y a su casa después de sí, que guarden el camino de Jehová, haciendo justicia y juicio, para que haga venir Jehová sobre Abraham lo que ha hablado acerca de él (Génesis 18:19).
Las razones de este interés son de sobra conocidos; la familia es la base de la sociedad y habita en un hogar que debe ser apropiado. Los hijos ahí reciben los conocimientos más básicos en ellos, como religión, moral, reglas de urbanidad y hasta nombres de colores, animales y cosas. Los padres necesitan un lugar propio, con calor de amor, unión, que sólo pueden tener de los suyos, los que habitan en el hogar, y así podemos seguir mencionando más razones.
Al escoger un pueblo para sí, Dios enfoca su atención al hogar, por lo que en su Palabra hay mensaje al respecto: "Estos, pues, son los mandamientos, estatutos y decretos que Jehová vuestro Dios mandó que os enseñase, para que los pongáis por obra en la tierra a la cual pasáis vosotros para tomarla; para que temas a Jehová tu Dios, guardando todos sus estatutos y sus mandamientos que yo te mando, tú, tu hijo y el hijo de tu hijo, todos los días de tu vida, para que tus días sean prolongados" (Deuteronomio 6: 1-2).
En base a lo anterior podemos asegurar que el descuido de esta admonición propició la desaparición de familias (el caso de Coré), pueblos (la extinción de las 10 tribus), naciones (los filisteos) y reinos. En contraste, podemos afirmar que el hogar cristiano ha sobrevivido ante todas las adversidades y embates del enemigo, y puede permanecer de pie, todo hogar que se afirma en sus caminos, teniendo como base la Roca eterna. Más aún, Dios pone en vigencia reglas universales, útiles para la victoria, en respeto y obediencia, entre unos y otros (Mateo 7:12; Efesios 5:24, 28; 6:1-4).
La palabra "hogar" proviene del latín "focus", que significa fuego, refiriéndose al "sitio donde se enciende la lumbre", así como también significa hoguera y hogar. Deducimos que el hogar que vive sin Cristo, es una hoguera de contiendas, amarguras, desorden, rencores y toda clase de problemas morales, sociales y religiosos. Pero así afirmamos que el hogar cristiano es aquel que arde por el fuego del Espíritu Santo, con todos los dones y frutos que trae consigo al creyente, guardando con firmeza los mandamientos.
Por último, podemos mencionar que el cuidado humano que Dios provee al hogar, estriba en el llamado y ministerio que nos ha dado, el sacerdocio (1 Pedro 2:9; Apocalipsis 1:16). De ahí la idea de que el hogar cristiano es una pequeña "grey", la cual debe funcionar como tal, ya que las ventajas que un niño tiene, por el hecho de que sus padres son cristianos, es muy superior a la de los niños que no gozan de esta bendición. Lo mismo sucede con jóvenes, adolescentes, ancianos, hombres y mujeres, en donde no existe desigualdad, ni injusticia.

El hogar cristiano es la única forma de vida moral, social, que puede hacer que el mundo se sobreponga a tanta maldad, porque Cristo es el único camino, la verdad y la vida, y habita en el hogar cristiano.

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