La Santidad en Crisis

La Santidad en Crisis
Aarón Catalán de León

Crisis, Hombre y Santidad

Definitivamente la crisis no puede afectar a la santidad, pri¬mero porque su fuente es divina, segundo porque la fidelidad bíblica es infranqueable, manteniéndose hasta hoy la pureza doctrinal, y sólo los ciegos espirituales no lo ven.

La crisis moral y espiritual de los hombres nos compromete ante Dios de manera personal, y de esta forma le responderemos en el día del juicio: "De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí" (Romanos 14:12).

La crisis está en el corazón, en la mente, en el sentir, en la dispo¬sición y la conducta moral de todo ser humano, que en tal condición busca la solución de dicha situación. El problema no reside en buscar respuestas y cambios, sino que se hace sin reconocer la responsabilidad personal; aquí principia la verdadera crisis.

En los 19 años que he pasto¬reado, he recibido a muchos creyentes e incrédulos que buscan solución a su crisis familiar, matri¬monial, económica. Pero muchos en realidad buscan que se les justifiquen sus malas acciones, sus ideas arbitrarias, con la creencia de que la Biblia les respalda, y con el propósito de vender una falsa imagen de sus personas, ocultando verdades que los enfrentarían a su condición real.
Recurren al chantaje para manipular los ideales, sentimientos y acciones de sus consejeros, y de esa forma salir triunfadores.

Reconocer esto los llevaría a una situación que les espanta, a sentirse culpables, dejar de hacer lo que va de acuerdo con sus apetitos carnales y tener que cambiar, de manera que la santidad no forma parte de sus ideales, vocabulario y preocupación.

Por último, cuando se ven atrapados, acosan con testimonios falsos, o de gente que no ha recibido al Señor pero que asisten a la iglesia, esperando lograr con esos pretextos su ansiado deseo de salirse con su propósito.
Algunas congregaciones y líderes han caído en la trampa, comprando por chantaje las ideas de estos falsos profetas, asegurando que la vida santa de la iglesia está en crisis. Tal aberración los ha llevado a decir que los inconversos son más honestos que los que asisten a las iglesias cristianas, lo que demuestra falta de madurez y dirección de Dios y desconocimiento de la doctrina bíblica. Pero a pesar de que el mundo esté en crisis y saturado de influencias carnales, existen actualmente cristianos que viven el gozo de la santidad, con poder, en nuestras comunidades.

Esta posibilidad de vivir en santidad en un mundo de crisis, solamente tiene base en las Sagradas Escrituras.

Doctrina Bíblica

"Así que el que piensa estar firme, mire que no caiga. No os ha sobrevenido ninguna prueba que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser probados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la prueba la salida, para que podáis soportarla" (1 Corintios10:12-13).
Muchos sostienen que por tener ojos y vivir en la tierra, de continuo estamos pecando, lo que no es necesario cuando vivimos en la gracia del Hijo de Dios, debido al poder que El da con el Espíritu Santo, venciendo la tentación, sin consumar el pecado; suena infantil el torrente de justificaciones humanistas, que defienden la imposibilidad de experimentar el gozo y poder santificador que Dios le da al creyente, haciéndolo un testimonio vivo de santidad, en un mundo de crisis.

Con cada tentación que nos acosa, viene la salida para vencer y seguir viviendo en santidad (Santiago 1 12-16).
No erremos, Dios no tienta a nadie, la concupiscencia es un factor determinante para no vivir santamente y el fuego purificador de Dios termina con ello, sólo si hay disposición en el penitente a recibirle en santificación.
Un buen general no espera hasta que la batalla se inicie para hacer los planes de defensa. Hay quienes planean cuando se inicia el proceso, lo cual es más garantía de derrota que de sabiduría y victoria. Orar de continuo para salir adelante en nuestra vida espiritual por encima de la tentación es lo mejor y no hacer esto cuando tenemos la tentación frente a nosotros, situación que denota la indiferencia que sentimos a la obra que realiza Satanás (2 Corintios 2:11).

En ningún lugar existe promesa de que Dios sacará del mundo al que es tentado, más bien, el Señor oró al Padre por nuestra victoria y santificación (Juan 17:14-19).

El mundo está sufriendo por toda clase de crisis; Dios no está indiferente ante ello, proveyó en Cristo respuesta a nuestras necesidades y luchas, de manera que su poder santificador no está en crisis, por lo contrario, sigue siendo tan real y verdadero ante el inexorable paso del tiempo. Vivamos en santidad, ante este mundo lleno de desafíos. Dios está con su pueblo.

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