Cuando a los estudiantes y ciudadanos comunes, se les habla de investigación, tienen gravado en su mente la imagen de un gran científico que logro inventar una formula o artefacto extraño. Otros piensan en un loco que intenta conquistar al mundo para ponerlo bajo sus pies, o alguien que si no se le detiene pondrá en peligro a la humanidad con sus fatídicos inventos. Hay quienes ven a la Ciencia y a la investigación como un circulo misterioso al que pocos podrán entrar, algo para lo que el ciudadano común no esta preparado. Pero poca gente ve a la investigación como un quehacer común, para gente que se dedica a cosas ordinarias y que debe ejercer su profesión bajo este modelo. Los docentes, los profesionistas en servicio y los religiosos o ministros de culto público, tienen que aceptar que la investigación es parte de sus responsabilidades profesionales.
Por la diversidad cultural, las sociedades pueden tener una variedad de ideas con respecto a lo que es o debe ser un trabajo de investigación. Ello responde con toda seguridad a la formación académica que han absorbido, lo cual puede motivar o impedir la formación de alumnos investigadores. El problema para la Iglesia cristiana, es aceptar que la investigación sea parte de su campo eclesiástico o docente. Las Iglesias y escuelas no son vistas como instituciones que deban dedicarse a la investigación, solo se les considera como reproductoras del acervo cultural. En este momento creer lo contrario implicara ir contra la corriente. Implica ser considerado como un soñador, alguien que vive fuera de la realidad.
Las instituciones educativas y eclesiásticas, solo viven para ser prestadoras de servicios y no como instituciones dedicadas a la investigación y generación de nuevos conocimientos. Se tiene la idea de que las personas estrafalarias, que viven en otra dimensión, son quienes deben dedicarse a la investigación. Estas instituciones no relacionan a la investigación con la docencia y a la investigación con la proclamación del evangelio. El concepto que se tiene de investigación se ve reflejado en las películas que se presentan a nivel nacional o extranjero, donde se expone la imagen de un científico loco que quiere dominar o exterminar a la humanidad, o al inventor de un artefacto que cambiara el rumbo de la historia. En muchas mentes esta gravado la imagen que proyecto la película norteamericana, subtitulada en español como: “Querida, encogí a los niños”. Un tipo estrafalario, incomprendido y desordenado.
En los niveles de licenciatura y postgrado, cuando se habla de investigación o tesis de grado, se respira un vapor de ansiedad y dolor de cabeza. En ciertas instituciones de educación se ha llegado a corromper la acción educativa, porque alumnos y docentes se involucran en una corruptela binomial. El docente hace y vende la tesis y los alumnos la compran y aparentar una profesionalización, al presentar un examen de grado, que se convierte en una burla y estafa, porque los sustentantes, ni hicieron la investigación, ni conocen de investigación. Este es el problema que muchos estudiantes tienen, con respecto a la investigación. El docente o expositor de un discurso publico, tiene el compromiso moral de preparar el tema a través de la investigación.
Naturaleza de la Investigación.
Todos los seres humanos somos curiosos por naturaleza y por lo tanto somos investigadores. Nos planteamos preguntas sobre la naturaleza, el ambiente social que nos rodea, el cosmos, la religión, etc. Nos preguntamos si somos los únicos que habitamos en el universo. Nos fascina escuchar anécdotas de hechos misteriosos, increíbles o escandalosos. Los programas más visto en la televisión, son los noticieros, los programas que cuentan chismes de los artistas o personajes del momento, etc. La curiosidad nos hace comprometernos en pláticas o asuntos que a veces no nos competen, con la única intención de investigar aquello que despertó nuestra curiosidad.
Si escuchamos un murmullo entre las personas que nos rodean, preguntamos de qué se trata, pedimos que se nos informe de la conversación que sostienen los parlantes en cuestión. Si se desata una balacera, muchos tratan de ver que esta pasando. Si alguien se accidenta, corremos a ver que fue lo que paso. La curiosidad por saber lo que pasa, es algo que tenemos a flor de piel y muy dentro de nuestro ser. No queremos perder detalle, ni ignorar lo que esta pasando, más cuando sentimos que eso nos afecta o que somos parte de ello. La curiosidad se nota en nosotros desde el nacimiento.
Los niños de meses empiezan a explorar con la vista, el mundo que les rodea y tratan de alcanzar lo que ven. Fijan su mirada en aquello que despierta su inquietud o interés, intentan caminar y trepar, para alcanzar lo que les llamo la atención y si no lo logran, hacen berrinche y lloran. Cuando empiezan a caminar, el campo de exploración se amplia y tratan de ir siempre un poco más allá de donde están acostumbrados a ir. Los niños de un año aproximadamente, quieren correr cuando apenas comienzan a caminar y sienten mucho gusto cuando amplían su territorio.
En la adolescencia queremos saber quien es esa persona del sexo opuesto que genera en nosotros inquietud, investigamos el nombre, la edad y si tiene alguna relación de noviazgo. La vecina quiere estar enterada de todo lo que sucede en su rededor, le interesa conocer como son sus vecinos, que problemas tienen y con quien acostumbran a relacionarse. En el trabajo queremos enterarnos de todo lo que pasa dentro y fuera de la oficina, así como de la vida de quienes laboran con nosotros. Investigamos sus gustos e intereses. En fin, la curiosidad y la investigación van de la mano durante todo el curso de nuestra vida, por lo tanto investigar es algo que tiene que ver con lo cotidiano de las personas, con el trabajo, la religión, la escuela y muchas cosas más.
Investigar no es cosa del otro mundo, todos en algún momento la hemos practicado intencional o espontáneamente, dentro y fuera de una escuela, Iglesia o laboratorio. Ya sea por un corto tiempo o por espacios prolongados, recopilando la información en documentos o en la misma conciencia de quien investiga. Por estas razones no debe ser extraño o ilógico que practiquemos esta actividad en todas las esferas de nuestra vida.
La investigación alimenta a la curiosidad, el conocimiento formal o informal, a la ciencia, la doctrina el arte o a la fe. Enfoca nuestra atención hacia lo que en un momento dado nos inquieta, nos interesa o nos prospera. Permite detectar un problema a tiempo, antes de que surja o en el momento en que aun tiene solución para ser resuelto. Investigar es parte de la vida humana. Es la acción natural de quienes habitamos este planeta.
La base para Iniciar una Investigación.
La investigación surge en la vida cotidiana, cuando algo despierta nuestra curiosidad o interés. A eso, en la investigación se le llama problema. Se descubre de manera espontánea o cuando se esta ante una responsabilidad que impone la necesidad de observar a detalle lo que se esta haciendo y que se considera como incorrecto. Si nos interesa hacer bien las cosas, entonces investigamos el como, el cuando y el por qué de cómo hacer las cosas de manera correcta, para que todo salga bien. Si descubrimos que hay problemas para alcanzar el éxito, entonces queremos saber cuales son los impedimentos para lograrlo. Si llegamos a descubrir que es lo que nos esta estorbando, entonces queremos saber como resolver el problema que esta provocando esta situación.
Siempre se necesita de la investigación, para continuar con la vida que llevamos. La escuela, la Iglesia y la empresa se ahorrarían esfuerzos innecesarios en la producción, la educación o el adoctrinamiento, si se diere el tiempo y espacio para realizar investigaciones, sobre los resultados obtenidos, antes de continuar con la tarea que se han propuesto como meta. Investigar no tiene porque ser algo complicado, sofisticado, misterioso o confuso. Investigar es algo sencillo, solo hay que conocer los elementos básicos para realizar este proceso, la metodología apropiada para aplicar métodos y técnicas, en la resolución del problema y llevar el trabajo aun feliz termino.
Toda investigación se inicia cuando se detecta un problema. Sin problema jamás se podrá iniciar una investigación, tiene que haber un problema, si se quiere realizar una investigación. Existen binomios conocidos que se conjuntan así; “Si hay alumno entonces hay maestro; si existe enseñanza entonces hay aprendizaje; si existe problema entonces hay investigación; si existe un padre entonces hay un hijo, si existe un marido entonces hay una esposa”. Si se quiere realizar una investigación, entonces se debe de haber un problema. Esto delinea lo que será investigado.
Con el problema identificado se inicia la construcción del anteproyecto o diseño de investigación. Este nombre se recibe mientras la investigación esta en proceso de planeamiento y aprobación, gracias a que aun no queda claro el plan a seguir, ni tampoco se a recibido la aprobación del personal correspondiente, calificado para aprobar el trabajo de investigación. Cuando el diseño es terminado, esto es el anteproyecto, pasa a la consideración y aprobación del cuerpo colegiado que autoriza dicho trabajo, para dejar de ser anteproyecto y convertirse entonces en el proyecto de investigación. El siguiente paso a seguir entonces, es llevarla a efecto la investigación, aplicando cualquiera de los tres tipos de investigación existentes.
Los tres tipos de investigación reconocidos y bien definidos son: Investigación Documental; Investigación de Campo y la Investigación Experimental. La investigación documental, con la que se pretende abordar a las propuestas de los autores, que en sus libros, que tratan el tema propuesto. La investigación de campo se aplica, para conocer la opinión que tiene la gente involucrada en el problema enunciado, mientras que la Investigación experimental es la que se realiza en un laboratorio, manipulando instrumentos de calculo o medición.
Con los datos recopilados en los tipos de investigación, datos, se inicia una tercera parte del trabajo que es la redacción de las conclusiones. ¿En donde radica la dificultad de hacer este trabajo? Así se realiza un trabajo de investigación, lo que continua en los siguientes capítulos, es solo el uso técnico de términos y acciones que se requieren en la investigación formal y científica. Es importante saber que la dificultad de realizar una investigación radica solo en tres lugares. El desconocimiento de los términos utilizados para investigar. El segundo problema es la falta de experiencia de quienes pretenden realizar este tipo de trabajo. Por último están los prejuicios que muchos asesores de investigación tienen y le han heredado a sus pupilos.
Por lo demás la investigación es sencilla y fácil de ejecutar. Solo se espera que quienes realicen una investigación, logren superar estos tres obstáculos. A los Maestros, Pastores y estudiantes o investigadores institucionales, les queda la responsabilidad de tomar en serio a la investigación, porque para preparar las clases, las tesis, sermones o propuestas de solución clínica o empresarial, se debe realizar una investigación. Si no están concientes de ello, saben poco acerca de lo que están haciendo.
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